Éste análisis corresponde a un modelo descatalogado, si quieres ver el modelo que lo sustituye puedes ver el Crashpad Mantle III
Durante los últimos meses hemos estado probando el crashpad Dead Point II de la marca alemana Edelrid y estas son nuestras conclusiones.
Se trata de un crashpad de tipo “galleta” que se pliega al medio y presenta unas medidas de 140x115x10 cm. Además trae el pad Sit Start con medidas 100x55x5 cm, algo que puede parecer innecesario para algunos, pero que después de probarlo se nos antoja imprescindible.
Para evaluar los crashpad, desde Climbingzone.es utilizamos los siguientes parámetros: relleno, material exterior, amortiguación, usabilidad y envejecimiento.
Relleno
La colchoneta Dead Point II presenta 4 capas de 3 densidades diferentes compuestas por 2 capas de espuma de alta densidad, 1 capa de espuma plástica de gran resistencia y otra capa de espuma de densidad media.
Todo el conjunto hace que el crashpad resulte algo duro los primeros días de uso, pero que dará un resultado excepcional durante toda la vida del crashpad, ofreciendo una absorción de las caídas muy eficiente ya sea desde bloques altos o desde entradas sentado.
Material exterior
El exterior de este crashpad es de nylon balístico. Su resistencia está fuera de toda duda tanto frente a la abrasión de las rozaduras de la roca como frente al desgarro de las costuras.
De nuevo es posible que resulte un tejido algo resbaladizo, aspecto este que se corrige en gran medida con los primeros días de uso.
Tanto la cremallera de cierre como el enganche metálico soportan el mayor de los maltratos sin queja alguna.
Amortiguación
El Dead Point tiene un espesor de 10 cm, dentro de la media de la mayoría de crashpad del mercado, y como os decíamos más arriba, su relleno está compuesto de 4 capas con 3 espesores diferentes. La disposición de las capas y su densidad ofrecen una amortiguación muy buena ante cualquier caída ya sea de pie o en caídas menos controladas.
Esta es una de las características más destacables de este crashpad y que no se pierde con su uso intensivo como es habitual en otras marcas.
Usabilidad
Las medidas del Dead Point son muy correctas para lo que se le exige hoy en día a un crashpad. Resulta un crashpad medio-grande con un peso de 6 kilos lo que lo hace muy manejable.
Generalmente los crash pad con cierre plegado tienden a “memorizar” esta posición y ofrecen resistencia a quedarse desplegados una vez que queremos utilizarlo, algo que no sucede con el Dead Point. Una vez lo abres permanece totalmente extendido. Su plegado también es cómodo.
Envejecimiento
Este es la mayor de las cualidades de este crashpad en concreto y de la marca Edelrid en general. Todas las cualidades de sus crashpad se deterioran muy poco con un uso intensivo.
Todos hemos comprobado como al comprar un flamante crashpad todo son ventajas pero al cabo de 3 meses aquella robusta colchoneta se ha convertido en un felpudo.
El Dead Point se mantiene prácticamente como los primeros días tanto su relleno como le exterior.
Conclusiones
Desde nuestro punto de vista, y tras probar muchos de los modelos del mercado, podemos afirmar que estamos ante uno de los mejores crashpad del mercado.
Su relleno es de lo mejor que hemos visto en los últimos años y su capacidad de resistirse al paso de tiempo por mucho que lo pises nos ha convencido del todo.
Además el extra del pad Sit Start hace que si tuviésemos que recomendar un crashpad a un amigo no tengamos ninguna duda: El Dead Point II de Edelrid.